BIOGRAFIA
Nací en la provincia de Barcelona. La segunda de una camada de ocho, siete chicas y un chico; ahí es nada. Tuve una infancia feliz y ruidosa en la que no faltaron los libros. La leyenda familiar -toda familia que se precie tiene alguna- cuenta que a los cuatro años me puse a leer, sin que nadie me hubiera enseñado. Cierto o falso, las letras y los libros se quedaron conmigo para siempre.
Sabía que quería escribir, ser artista. También era aventurera y hippie. El cine me entusiasmaba. Emigré a México (Distrito Federal) y allí estudié Cinematografía en la UNAM. Años salvajes, alegres, bohemios. Me ganaba la vida tocando el piano, tenía un montón de amigos tan alocados como yo misma. Dormíamos poco, bailábamos día si y otro también, bebíamos como piratas, hacíamos la revolución sexual por nuestra cuenta. Pero también aprendimos mucho. Fueron tiempos fecundos. Antes de terminar la carrera, ya estaba escribiendo un guión tras otro para la televisión educativa mexicana.
Regresé a España. Continué mi labor como guionista, ahora más centrada en la ficción, para cine y para televisión. Siempre fui free lance.
Aunque me consideraba más guionista que creadora de imágenes, llegó el momento en que parecía natural dar el salto a la dirección. Dirigí dos largometrajes para la gran pantalla, ambos con guión propio.
Durante esos años compaginé la práctica de la cinematografía con la enseñanza de guión. En España y en América Latina.
En 2010 dije adiós al audiovisual para centrarme en el quehacer literario. Era una asignatura pendiente y, en cierto modo, también este paso fue una progresión natural. El cine es una aventura trepidante, extrovertida, de equipo. Con la madurez llegaron los deseos de recogimiento, de introspección; de una expresión mas personal, directa.
Empecé por traducir buena literatura, escribir artículos culturales. Ambas labores suponen un entrenamiento considerable, sobre todo la traducción. En paralelo, puse manos a la obra con mi primera ficción puramente literaria…
Hoy sigo escribiendo, con más ganas que nunca.
Desde joven había soñado con llevar una vida cosmopolita, nómada. Internet y el ordenador portátil lo han hecho posible. Hoy todo lo que necesito cabe en un maletín, me bastan un par de metros cuadrados para montar mi campamento en cualquier rincón del mundo.
Vivo a caballo entre Grecia y España, con frecuentes escapadas a Suiza e Inglaterra. Es una vida algo fatigosa pero con sus compensaciones. El desarraigo me hace sentir libre. Los cambios de paisaje y de lenguas me inspiran, me mantienen en estado de alerta.
Y para que este sueño acabe de ser redondo y pleno, tengo dos hijas y una nieta.